MARVEL Y DC. GUÍA PARA DIFERENCIARLOS (e IV)

CLONES DE SUPERMAN
Parece una perogrullada pero aunque se pudiera sacar a DC de Superman, difícilmente podría sacarse a Superman de DC. Y esto es porque con un candidato tan claro para el puesto de «El más bruto del universo» es normal que las historias giren en torno a él y eso implica encontrar un remedio para sus superpoderes. La kryptonita es un clásico y aunque son los restos irradiados de un planeta que reventó a incontables años luz de la Tierra, se puede encontrar en cualquier farmacia medio decente (Batman tiene un anillo de kryptonita por si el hombre de acero se pusiera farruco); otra alternativa son los clones de Superman (Bizarro, que no salió especialmente bien; Superboy, que también tiene ADN de Lex Luthor…), sus versiones alternativas (Superman de Tierra 2, Superman del futuro…), otros kryptonianos (Supergirl, Zodd y algún otro), robots Superman… a poco que uno se fije, ya se ve claro de qué pie cojea la editorial y lo que hay que contarles si quieres que te contraten.

Thanos y Darkseid: sin comentarios. Dos mostrencos alienígenas con poderes semi-divinos y una ojeriza sin límites por el planeta Tierra. Dependiendo de la historia, marcarán la línea argumental o se llevarán una zurra de campeonato.

Blue Beetle y Spiderman: que sí, que sí, que a Spiderman también le han sacado clones DC. Blue Beetle tenía en común con el trepamuros su capacidad de hacer el payaso (imitación del señor Spock incluida), un traje que atufaba a plagio y poco más. Su colección de gadgets en plan batcinturón pocas veces le salvaban de auténticas palizas. Eso sí, le echó dos huevos y se enfrentó con Doomsday, el mastuerzo que se cargó a Superman. Imaginaos el resultado.

Batman y el Caballero Luna: Marvel quería su Señor de la Noche y parió al Caballero Luna, una suerte de justiciero enmascarado con capa en forma de luna (muy incómoda cuando no estás saltando para que se llene de aire) que repartía mamporros con cierta gracia por las bendiciones de un dios lunar egipcio. Disponía de un vehículo volador con forma de luna (todo pintado de blanco, discretísimo para volar en el cielo nocturno) y creo que algún medio de transporte más.

Deathstroke y Masacre: Deathstroke, AKA Slade Wilson, era un asesino llamado Terminator pero que tuvo que cambiar de nombre por culpa de la película de James Cameron (que en la época quizás impactara pero probad a verla a estas alturas y alucinad ante el palmo de pelo que tiene Sarah Connor, su compañera negra afro y el T800 con unas hombreras de juzgado de guardia). El señor se dedicaba a amargarles la vida a los Titanes y se jactaba de lo típico: fuerza y agilidad sobrehumanas y artes marciales por un tubo. Masacre fue una iniciativa Marvel similar, sólo que este protagonizaba sus propias series, tenía un factor de curación que ni un niño de ocho años y soltaba un chascarrillo tras otro en cada viñeta. Una vez le conté cinco chistes mientras saltaba desde una viga disparando a un par de pringados. También queda para el recuerdo su comentario en plena aparición ante el malo:
MASACRE: Buenas. Tengo órdenes de llevarte conmigo vivo o (¡BANG!)… bueno, tendrá que ser muerto.

(vale, aquí tenemos a dos personajes de DC y Marvel que no pueden ser más distintos: uno va en silla de ruedas y el otro, no; uno tiene poderes mentales mutantes y el otro es extremadamente inteligente pero sólo humano, uno es buena persona y el otro es el villano por excelencia, uno vive cerca de Nueva York y el otro, en Metrópolis; finalmente, uno es Lex Luthor, el archi-enemigo de Superman y el otro es el profesor X, Charles Xabier, capitoste de la Patrulla X. Pero ¿cuál es cuál?)